viernes, 24 de octubre de 2008

Por si acaso se asomase, y se le ocurre una frase...


La condicion tan hidalga
de la que aquí presumia
resultó ser felonía,
pues huyó ¡Jesús me valga!
y aquí me dejó aburría.

(No te enfades, que era broma,
que me gusta disputar,
debatir y protestar,
que soy como la carcoma,
que no paro de roñar.)

La dialéctica es lo mío:
el arte de dialogar,
discutir y argumentar,
aunque sea asunto baldío
el que haya que examinar.

Pero se ha vuelto a escapar
mi compañero bravío;
el que me hacía rimar
ya no me dice ni pío.
¿Con quién voy a regañar?




jueves, 16 de octubre de 2008

Donde, magnánimo, muestro que en perdonar yo soy diestro

No esperes de mí el encono,
acritud ni irritación:
vale, vale, te perdono,
es mi hidalga condición,
doy por olvidado el tono
y hasta la mala intención.
Perdona si me apasiono,
yo también pido perdón,
ya sabes que así sazono
siempre mi conversación,
que el perdón siempre es abono
que mueve a la compasión.
Y dos besos adiciono...
pa acabar la discusión.

martes, 14 de octubre de 2008

Perdón quiere, perdón pido; perdonemos... y me olvido.


Mucho me alegro, de veras,
de llevarte hasta el orgasmo,
provocarte placenteras
sensaciones y entusiasmo.
Mas, de todas las maneras,
no es para que te dé un pasmo,
y te lo explico si esperas.
Resulta que yo pensaba
que la palabra “estadío”
a “fase” se asemejaba,
y por eso la he escribío.
Pero, al ver que te gustaba,
sospechas he percibío,
busco en el diccionarío
y la palabra no estaba...
la RAE no la ha bendecío.
Existe la locución
en femenino, “estadía”;
pero no con la acepción
con la que yo pretendía
describir mi situación.
Por tanto, tienes razón
en que no había ironía,
que era todo admiración.
Pero, si con atención
estudias mi rima impía,
verás que lo que ponía
era el dicho o expresión
“estadío”, no “estadía”.
Entonces, la confusión
es de los dos, tuya y mía,
y te pediré perdón;
aunque espero, bien bravía,
también el que debería
nacer de tu imprecisión.

(Y aprovecho la ocasión,
-con retraso no sé cuanto-
y doy felicitación
por el día de su santo
a este dilecto varón
que va a provocar mi llanto
si sigue con su aguijón).


Con humildad le señalo que un servidor no es tan malo

No me vale la ironía,
ni la burla ni el sarcasmo:
era admiración la mía,
puro gozo y entusiasmo,
pues la palabra "estadía",
como en el poemilla plasmo,
existe, está bendecía,
y me llevó hasta el orgasmo.
Y ahora exijo con tesón
que me pida usted perdón
por creerme tan felón.

Menos mal que este señor ha señalado mi error.

Yo, que soy persona humana,
con faltas y algún defecto,
acentué, muy ufana,
donde no era lo correcto.
¡Execrable error abyecto!
Mas mi ignorancia subsana
Don Feculum, el perfecto,
que al burlarse de mi yerro
me enseña el camino recto
con claridad meridiana
¡Gracias, querido gamberro!

Camino de perfección
sé que es el suyo, maestro,
ruego me dé su perdón
y humildemente le muestro
pesar por mi confusión;
y os pido, a pesar vuestro,
que me déis la absolución.
Deje el rosario de lado
y por favor, me comprenda,
que dolor de mi pecado
he sufrido y soportado,
y el propósito de enmienda
lo tengo ya asegurado.

domingo, 12 de octubre de 2008

Una dichosa inclemencia, precipita mi presencia.


Ha atendido Dios su ruego
y la capulla regresa
aquí junto a su borrego,
(joé, la rima, qué aviesa)
convertida, desde luego,
en mariposa traviesa,
que, antes de hora, dejó atrás
su periodo de capulla,
pues, por fas o por nefás,
está nublada Altafulla
y hace mal tiempo, además.

Donde de nuevo la invito a trabajar un poquito

Después de tanto descanso
en la dorada Altafulla,
que yo no me vuelva ganso,
ni tú te vuelvas capulla*...
Volvamos a nuestras rimas,
crearemos una nube
si tu ingenio no escatimas
y yo invento el que no tuve.



*El palabro venía inexcusablemente exigido por la rima

miércoles, 8 de octubre de 2008

El título modifica... ¡¡¡pero no lo versifica!!!

Jaaaaaaaaaaaaaaa
jajajajajajajajajajaja
juas juas juas juas
Jaaaaaaaaaaaaaaa

Acabo de descubrir
que el título has corregido
y lágrimas me han salido
¡qué hartura de reír!

La adivinanza ha entendido, y mucho le ha sorprendido



Del mismo modo que tú
al ver la mujer Callada
comprendiste que era Mu.

La casualidad, ese hada,
hizo que el nombre leyera
y me quedé anonadada.
Pues de repente, certera,
entendí que el italiano
el mismo settembrini era.
Más razonamiento es vano;
fue una gran revelación
de algún poderoso arcano
¡y no hay más explicación!
¡Ah, sí! hay que tener presente
lo lista que soy, bombón.

Y el beso concupiscente….
… qué buena culminación.

Y aquí va un estrofa más, al recordar que te vas

Y añado, cual estrambote,
un beso concupiscente
pa estos días, que de rebote
se os han convertido en puente.

Holgadamente supera la prueba que le impusiera

Nadie hubo, que yo supiera,
del siglo XV p'acá,
que alejandrinos hiciera
de tan perfecta manera,
tan redonda y tan salá.

Tu ciencia p'a mí quisiera;
avergonzado me hallo
pues la alumna me supera,
pero seguiré a tu vera,
yo, todavía, no me callo.

Vive Dios, que me han gustado,
el cum laude te concedo,
y aunque me hayas insultado
suponiéndome cagado,
escribiendo aquí me quedo.

Pero ahora, como iguales,
ya no pongo un ejercicio;
escribe versos cordiales,
hermosos y originales
aunque me saquen de quicio.

(Y ahora explica, por favor,
cómo coño te enteraste
de que Annibale era yo).

martes, 7 de octubre de 2008

Tetrástrofo monorrimo... a Berceo me aproximo

A ver cómo me apaño con los alejandrinos
que me resultan raros, como precolombinos,
extraños cual lejanos sujetos venusinos,
antiguos como aquellos viejos guerreros chinos.

Vamos con la segunda - como las sevillanas-
y aprovecho y le digo que aunque me sobran ganas
voy a estar unos días, con noches y mañanas
descansando de rimas en playas catalanas.

El título que pone en el verso anterior
no pega ni con cola, querido profesor.
Cualquiera que lo lea dirá que es un horror;
córrijamelo pronto, hágame ese favor.

Dice que me titula
si supero esta prueba
¿me titula y se larga? ¿eso es lo que conlleva?
Yo de aquí no me marcho ¡no le caerá esa breva?
Si quiere que me vaya, que lo diga y se atreva.

Se me estaba ocurriendo un pequeño acertijo.

Annibale cruzaba a caballo un cortijo
el mes de settembrini, buscaba un escondrijo,
pero fue descubierto con mucho regocijo.

Espero que te alegres viendo lo que progreso;
que seis cuadernavías son, mas bien, un exceso.
Con todo este cariño que te tengo y profeso,
me despido y te mando un tierno y largo beso.

lunes, 6 de octubre de 2008

el título cambio, pero no sé qué tenía el otro de malo

Buena le salió la prueba,
¡y me la hace triplicada!
Ahora le pongo una nueva,
una que a mí me subleva,
y que ya está algo anticuada;
si le sale bien, manceba,
dése ya por titulada.

Su nombre es cuaderna vía,
y como son pocos versos,
deberás, alumna mía,
poner seis el mismo día
y sobre temas diversos.
(Y quítate la manía,
que siento gran alegría
cuando observo tus progrersos).

Con la octava yo me pico, y la duplico ¡y triplico!



Disfrutas infiriéndome el suplicio
de aqueste endecasílabo y su acento;
disfrutas al echarme el maleficio
y ansías que me quede en el intento.
Mas no tienes en cuenta el buen oficio
de la mujer que aquí escribe, lo siento.
Ávida esperaré que digas ¡“bravo”!
por saber rematar el real octavo.

* * * * * * * * * *

Disfrutas al ponerme estrofas cortas
sabiendo que no sé escribir escueta.
¡Sapristi! pues a ver cómo soportas
que te salga rebelde esta sujeta
y la difícil rima que le exhortas
la duplique, chulica y pizpireta.
Si fueres un maestro competente
la alumna sacará sobresaliente.

* * * * * * * * * *

Y veo que quizá me haya excedido
atribuyéndole tanto “disfrute”.
Que a lo peor se siente constreñido
y quiere que las rimas ejecute
porque aburrida yo las he pedido,
y a él esta chorrada ni le inmute.
Feculum, yo te eximo del deber
(pero sigue con él, si puede ser).


viernes, 3 de octubre de 2008

Otra estrofa le reclamo, y de gusto me relamo

¡Mírala, qué suelta ella!
graciosilla me saliste,
la prueba no te hizo mella
y, rápida cual centella,
te descuelgas con un chiste.

Pos ahora, como sabo
que siempre te han ido mal,
de once sílabas recabo
tus versos, y digo “¡bravo”
si haces una octava real.

Una décima es poquito, yo centenas necesito.



Lope de Vega aconseja
la décima o espinela
a la estrofa que revela
gemido, dolor y queja.
Aprovecho, si me deja
y aquí vengo a protestar
¿es que no me va a dejar
versos rimar más de diez?
Sea flexible ¡pardiez!
que aún no he podido empezar.

jueves, 2 de octubre de 2008

después de la diversión, continúa la lección

Bueno, veo que saliste
con donaire del dilema...
pero deja ya el alpiste
-tanto pájaro metiste,
que se convirtió en problema-
y volvamos a lo nuestro,
a la rima y al poema,
a la alumna y al maestro...

Ahora te pido que escribas
una simple bagatela
para lo bien que cultivas
las frases más llamativas:
la décima, o "espinela".

La duda pronto le aclaro, aunque le parezca raro


Mucho que te importará
que sea búho o lechuza,
tanto como al moro Muza
el pie que calzara Alá
(olé mi gracia andaluza).
Y volviendo al más acá,
te aclaro que la rapaz
muy hábil se travestía
y cambiaba su disfraz
si a la rima convenía;
ahora lechuza bonita
y luego un oscuro búho,
una linda señorita,
o todo un bicho pelúo,
¿quieres que te lo repita
mi querido cacatúo?


miércoles, 1 de octubre de 2008

Me queda una duda, présteme su ayuda

Me quedo patidifuso,
y por la mente me cruza
un recelo algo confuso…
si me equivoco, me excuso,
pero en esta escaramuza
que usted tan bien desmenuza
yo me reconozco obtuso:
¿era búho, o era lechuza?
Porque al final no está claro,
y es un asunto importante:
Si es lechuza, me declaro
partidario sin reparo
de liberarla al instante
de su labor intrigante,
y si es búho, tengo claro
que acabará en una olla
con tomate y con cebolla.

Romance de doña Xara con un señor de Granada (y fin)

Feculum tiene razón
y esto es una cursilada
y es que casi se me olvida
que con un macho trataba
de los de barrecha y toros,
de los que llevan a gala
su carajillo y su faria.
Y yo diciendo tontadas.
El romance era blandengue
y de interesante, nada,
así que le haré un resumen
aunque me trate de vaga.

Resulta que la lechuza
volvióse para Granada,
pues era de un trovador
que de menos ya la echaba.
Y aprovechando el suceso
de que el ave tiene alas
y conocía el camino
a casa de doña Xara,
el juglar agradeció
en una educada carta
los cuidados prodigados
por tan exquisita dama.
La señora, encantadora,
al pronto le contestara;
y a esta primera misiva
otras muchas continuaran
que aquél búho mensajero
les traía y les llevaba;
lo que empezó como un juego
en frenesí se tornara,
y en esperando noticias,
ambos, los dos, suspiraban,
creyendo que era amorío
aquello que les pasaba.
Besos, algunas caricias,
y muchas, muchas palabras.
Y eso era todo, señores,
que más, nunca pasó nada;
él tenía mujer e hijos
y ella ya estaba casada.
Cuando el búho se hizo viejo
y de volar ya dejara
nunca más dellos supieron
aunque en mente se llevaran
(pobrecitos, no tenían
móvil, interné, ni nada).

En efecto, es un romance
aburrido y que empalaga;
sin drogas, sangre, ni sexo
y ni una escena de caza;
si esto le gustase a un hombre
sería una cosa extraña.






martes, 30 de septiembre de 2008

Como este profe es un blando, la señora va aprobando

Qué dulce, qué tienna historia,
cuánto candor e inocencia...
¡y cuánta santa paciencia
pa no mandar a la gloria
al buhíto, sin clemencia,
comiéndolo en pepitoria!

Pero en fin, en cuanto a forma,
creo que no hay ninguna pega,
si un notable te conforma,
hecho está, y ahora agrega
pronto la segunda entrega
a ver si esto se reforma
y lo interesante llega.


Romance de Doña Xara (I)


Voy a relatar la historia
que le ocurrió a Doña Xara,
mujer cabal y discreta,
la primavera pasada.
Paseando por la ribera
que está cerca de su casa
escuchó un aullido extraño
que salía de unas zarzas.
Acercóse cautamente,
sigilosa y delicada,
y apartó bien las espinas,
quedándose estupefacta
al encontrar malherida
una lechuzita blanca
(en realidad era un búho
y su color era parda;
mas no voy a discutir
lo que asevere una dama).
A la dueña dióle pena
y se la llevó a su casa
para ver si sus cuidados
podían sanar el ala,
la cola y una patita
que habian quedado arañadas.
Le buscó un lecho adecuado
y le limpió bien las llagas,
le puso por nombre Mu
y la atendió tres semanas,
y a la fin de aqueste plazo
el ave estuvo curada.
Bésola con gran cariño
y soltóla en la campaña
por que volviese a su nido
y su familia encontrara.

Mientras acabo lo mío, le contesto y aún me río....

No te puedes aguantar,
no te puedes resistir,
y es que lo tuyo es rimar.
Si me quieres derretir,
si me quieres conquistar,
si me quieres divertir,
nunca, nunca, has de dejar,
con la lengua, de jugar.




Donde doy una lección de cómo rimar mejón

Mira, niña, no me tardes,
no me tengas en suspenso,
que si no, una de estas tardes
repetirás el suspenso


miércoles, 24 de septiembre de 2008

No me sea tan impaciente... otra vez, cuente hasta veinte.


Intentaba apañar un buen terceto
y ser digna del beso de tornillo,
sin saber que iba a verme en un aprieto.

Yo pensé que iba a ser algo sencillo,
y dispuesta me puse a la tarea
que al final fue más dura que un ladrillo.

Me ha costado más de una cefalea,
muchas horas y media depresión
conseguir ajustar mi verborrea.

Que empecé por placer y distracción,
y acabé, de pensar y cavilar,
con agobio, pesar y obcecación.

Y además es preciso confesar
que he sufrido vergüenza y embarazo
al sentirme incapaz de encadenar.

A lo que hay que añadir el zurriagazo
y el sarcasmo guasón de un maestro avieso,
que conmigo se mete por gustazo.

Terminé de escribir, me quito un peso;
tanto esfuerzo no sé si es conveniente,
y total... solamente por un beso.

Una nueva tarea el profesor le plantea

No es pa tanto, reina mora...
ni humillación, ni puñeta.
su arte menor me enamora,
así que escriba, señora,
y deje de hacer calceta.

Octosílabos le pido
para que no tenga queja,
mas no admitiré un descuido:
¡Si me falla, la suicido!
¡Que San Bécquer la proteja!

De lo más simple se trata,
que no fácil: ¡no se lance
con su verborrea innata
a rimar en catarata!
Tiene que hacerme... un romance.

martes, 23 de septiembre de 2008

Qué vergüenza y menoscabo, hacer tercetos... no sabo

Nunca sabrás lo mucho que me crispa
no saber contestar tu desafío
correctamente y con algo de chispa.

Que llevo una semana y es baldío
mi esfuerzo, mi interés y mi tesón;
y aunque algo tengo escrito no lo envío.

Y voy a añadir que tienes razón,
que se me da mal el arte mayor
y que no soporto la humillación.

sábado, 20 de septiembre de 2008

Sentiría ser indiscreto... ¿no le salen los tercetos?

Está tardando tanto la respuesta
que habré de suspender a la señora,
pues veo que el terceto se indigesta.

Supongo que la ciencia que atesora
no le basta para hacer encadenados
y me debe de estudiar más que hasta ahora.

No me llore, sus ojos arrasados
de lágrimas no han de ser suficiente
para ablandar mis juicios acertados.

Pero noto que la ira, ya creciente,
va encendiendo sus ojos almendrados,
mas sólo puedo decir: "¡Aaaah, se siente!"

martes, 16 de septiembre de 2008

Aunque suene a pitorreo, otra prueba le planteo

Que escribes peor que yo?
deja ya tanta humildá:
tu rima siempre brilló,
y a mi ciencia adelantó,
no tengas malafollá.

Lo que pasa es que no tienes
confianza todavía
-o por lo menos mantienes
la ficción de que tus sienes
desmerecen de las mías-.

En fin, que si le parece
seguimos con nuestras pruebas,
seguimos en nuestras trece:
yo examino y usté rece,
que le pongo estrofas nuevas.

Pa empezar, algo sencillo,
versos largos y rimados,
que si atina, y yo la pillo
dóyla un beso de tornillo:
¡Tercetos encadenados!

Yo la primera escribí; ahora te toca a ti



¡Qué huevos tienes, colega!
El caballo de Espartero
ni a hacerte sombra llega.
¿No coge el tío y delega?
Que si las damas primero,
que no sé qué honor me entrega,
que si de sí no se fía,
que si yo voy más al grano…
Vamos, hablando en cristiano,
que aún te dura la apatía
y vagancia del verano.

Mira, guapito de cara,
(y de lo demás no opino
porque no estaría fino),
si con tu mente preclara
no te animas a escribir,
más no te voy a insistir;
porque intuyo o adivino
que te vas a resistir.

Será que no tienes ganas,
será que no te apetece,
será que con mí te aplanas,
será que zaragozanas
ya conoces ciento trece…

(Y lo termino en quintilla
para que veas que sé;
que he de poner la puntilla
aunque mi rima no brilla
y escriba peor que usté).

lunes, 15 de septiembre de 2008

El honor cedo gustoso, después del largo reposo

Tras no haber dicho ni pío
en una semana entera,
yo solito he decidío
que de mí ya no me fío
y que escribas tú primera.

Así pues, yo te propongo
que comiences algún tema,
pues siendo tú, no habrá tongo,
irás directa al mondongo,
a la cuestión, al dilema...

Pero veo ya que me llamas
comodón y saltimbanco:
¡siempre primero, las damas,
aunque nunca hagan las camas
ni les guste el ajoblanco!

miércoles, 10 de septiembre de 2008

¡Qué alegría! ¡Qué alborozo! En mí no quepo de gozo



Si tú ya estás preparado
yo aquí sigo bien dispuesta,
esperando tu rimado
ahora, o después de la siesta;
cuando sea de tu agrado.

Y si paciencia me pides
paciencia te he demostrado;
te recuerdo, no te olvides
que mucho tiempo he esperado
y que nunca me he marchado.

Prisa no tengo ninguna;
aguardo pacientemente
a que arregles con fortuna
y de forma conveniente
ese dichoso incidente.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Le respondo con retrazo, pero aún dentro del plazo

Me he reído como un loco
leyendo su bello ripio,
su lenguaje, tan barroco,
sus melindres, su sofoco,
la explicacioón del principio...

Bueno, todo me ha gustado,
y quiero decirle ahora
que me encuentro preparado
para escribir un rimado
a tan pulida señora.

Mas habrá de ser paciente
porque tengo la cabeza
como pesada y caliente
por algún asunto urgente
y, aunque parezca simpleza,
no quiero que la tristeza
ponga chungo al escribiente
y escriba alguna bajeza.

jueves, 10 de julio de 2008

Voy a pedir un favor a este estupendo señor.

Mi querido compañero...
“Querido” porque te quiero;
ya sé que esto no es amor
sino un "querer", ergo espero
que esta denominación
no te intimide, bombón.
Sólo son palabras, pero
a veces te dan pavor,
y te imagino abrumado
apagando el monitor,
huyendo de este pecado.
No lo hagas, por favor.
Sonríe por la sorpresa;
pues no esperabas, confiesa,
entrando aquí, por rutina,
encontrar rima tan fina,
tan estupenda y traviesa.

Mi querido compañero
de tecla y ordenador...
Aunque lo que es compañía
no me haces mucha, asevero;
(de nuevo es palabrería,
no lo digo con rencor).
Cinco meses, madre mía,
(cuatro y uno casi entero)
sin maestro ni tutor,
sin tu gracia y tu salero,
sin incentivo, sin guía.

Rimarte me estimulaba,
me daba marcha, alegría,
o sea, que me gustaba;
que pensaba y discurría
a ver qué te contestaba,
un ratillo cada día.

Y aquí me tienes, nerviosa,
sin saber cómo acabar;
te pediría una cosa,
pero no quiero abusar;
la cuestión es espinosa,
no sé si te va a gustar;
si me quieres contestar,
la respuesta espero ansiosa
(la rima, tan caprichosa…
no te vayas a agobiar).

Bueno, ya voy, me decido.
Cabizbaja y muy melosa
humildemente te pido
algún ripio, alguna glosa,
una rima que me invite
me provoque o me encabrite.
Sin ninguna obligación,
tan sólo de cuando en cuando,
por no perder la afición
esta de escribir rimando.
Y no hay segunda intención.

No te lo pienses dos veces
ni busques tres pies al gato,
sólo es por pasar el rato;
aunque sean gilipolleces,
y aunque parezca insensato.

Mi querido compañero,
distinguido caballero,
¿quiere ser mi profesor,
contrincante puñetero,
mi acicate y mi censor?
Porfa porfa porfavor.

(Te consiento una demora
en contestar de tres meses;
si para entonces no hubieses
respondido a mi clamor,
se te habrá pasado la hora.)

Y con este testamento,
me despido -de momento-.

lunes, 18 de febrero de 2008

Donde me rindo gustoso para no hacer más el oso

Desde Manrique no ha habido
poeta que rime igual
ni más fino:
esta mujer ha sabido
enseñarle a un neandertal
el camino.
Hoy me rindo ante tu arte
y, entre las piernas el rabo,
me retiro,
porque no quiero engañarte
me considero tu esclavo
y suspiro

aaaaaaay

Y ahora el segundo combate: no debí meterme a vate.

(Esta rima debería
haberla copiado ayer,
hoy no pega.
Que ahora se queda fría
y nada tiene que ver;
tarde llega.)

A esta forma de rimar,
tu pensamiento anticuado
viene al pelo.
La mujer siempre ha de estar
en casa con “pie quebrado”,
¿y un buen velo?.

En esa actitud machista
y en ese esquema mental
yo no quepo.
Por mucho que se resista,
se libera el neandertal
de su cepo.

Sabes que soy hacendosa,
que friego, plancho, que coso,
y cocino.
Y que soy muy orgullosa,
que de cólera reboso
si no atino.

También leo, y aun escribo,
y no me tengo por boba,
no lo soy.
Por eso no es de recibo
que me mandes con la escoba,
no me voy.

Se reclama a la mujer
que sea una supernena,
que deslumbre.
En su trabajo ha de ser
la mejor y la más buena,
en la cumbre.

También quieres, exigente,
que sea mujer hacendosa
en la casa.
Luego la reclamarás decente,
bien honrada y cuidadosa
que eso pasa.

¿Y qué será lo siguiente?
¿la querrás habilidosa
en la cama?
¿o sumisa y obediente?
¿o qué se convierta ansiosa
en tu ama?

¡Y además quieres que rime
y que me salga perfecto
y elegante!
Eso sí que me deprime,
que parezcas tan abyecto
y maleante.

¿Esto es lo que querías
conseguir con tu aguijón?
¿el combate?
Pues venga, más tonterías,
sigamos la discusión,
y el dislate.

Donde disculpo mi juicio, pues buscaba un beneficio

Pues sí que te picas pronto…
No te me enfades, colega,
tu ira calma y sosiega,
que yo no haré más el tonto.
Quede claro que valoro
tu tesón y tu buen arte,
pero no podía darte
un premio todo de oro.
Es que, si no, te acomodas
y puedes caer en el vicio
de creer que ya el oficio
dominas de todas todas.
Era, pues, como acicate
que pinchaba yo tu orgullo.
Es verdad de Perogrullo
que evitas mucho dislate
siendo primero un capullo:
no quería coba date.

sábado, 16 de febrero de 2008

Primer combate: defiendo que el desliz no fue tremendo.

La estrofa tan mal contada
-es verdad que no lo ví-
fue un error.
Podría estar excusada
por el tiempo que invertí,
profesor.

Tanto mover y cambiar
por que cuadrase la cosa,
me olvidé;
no me acordé de quitar
la sílaba esa dichosa,
¡oh, mon dié!

Cualquiera se dará cuenta
de la poca gravedad
de mi falta.
Pero usted aún la acrecienta
dándole publicidad,
en voz alta.

En vez de alabar mi gesto
estimulando mi empeño,
e interés,
a criticar corre presto
y se mofa muy risueño
de mis pies.

Vaya un maestro de escuela
que al advertir un error
me critica.
Ni yo soy boba ni lela,
ni usted es tan superior.
Sí, me pica.

Me corrije y me abuchea... ¡pues que empiece la pelea!

No sé por dónde empezar,
me van a explotar las sienes
¡Qué valor…!
Ni sé cómo contestar.
¡Qué poca vergüenza tienes!
¡Qué traidor!

Siempre me vas a pinchar
donde sabes que me pica
¡abusón!
Me quieres hacer saltar
con lo que me mortifica
¡cincuentón!

Si me atacas por dos lados
¿por cuál de ellos me defiendo?
dilo tú.
¿No te gustan mis costados?
Te juro que no lo entiendo,
baalzebuh.

viernes, 15 de febrero de 2008

La corrijo con ahínco... ¡y no saca más que un cinco!

Aprobado, pero justo,
porque en la cuarta sextilla,
verso dos,
aunque le parezca injusto
ha metido la patilla,
vive Dios.
Y si contando no atina
dedíqueseme a otra cosa,
por favor,
por ejemplo, a la cocina:
que si es mujer y hacendosa,
pues... mejor.


Un aprobado me ofrece... ¡¡sobresaliente merece!!

Mi profe particular
un trabajo me ha mandado;
no es castigo.
Tengo ahora que rimar
estrofa de pie quebrado,
e investigo.

He buscado en qué consiste,
qué es la copla manriqueña
o sextilla,
y ya he caido en el chiste,
tiene una línea pequeña,
chiquitilla.

Seis versos de arte menor
cuya rima es consonante
“a”-“b”-“c”
Las sílabas de rigor
son ocho, aunque no obstante,
está el pie.

Es decir, el pie quebrado,
en versos tercero y sexto,
que son cojos.
Que a la mitad se han quedado
sin alegar un pretexto;
son más flojos.

Me siento muy orgullosa
de todo lo que sé hacer,
y ya tardo
en decirle que esta cosa
se la debo agradecer,
Don Eduardo.

Por si hacerlos quieres, hoy pongo deberes

Se ve que disfrutas
con estrofas nuevas
y que no te inmutas
cuando en las disputas
tu habilidad pruebas.

Pues ahora te propongo
que me cuentes tu opinión
en estrofa singular…
(porque mi placer prolongo
cuando veo tu afición
a la hora de rimar)

Pero ahora dicha estrofa
ha de ser “de pie quebrado”;
te aseguro: no habrá mofa
aunque te salga un pifiado.
(Que yo sé que con tu celo
no te desviarás un pelo
y estará todo contado,
perfecto y milimetrado,
ganarás en este duelo
y tendrás el aprobado)

jueves, 14 de febrero de 2008

Otro experimento, y no me arrepiento.

De hombres y mujeres
seguir discutiendo
todavía quieres.
Y no me sorprendo.

El tema escogido
da mucho de sí,
y es mi preferido.
Así hablo de mí.

Aunque no es el tema
lo que te interesa,
que es estratagema,
para hacerme presa.

Tú ofreces el cebo
y yo pico al punto;
ese es el asunto.
Con todo me atrevo.

Como aragonesa
soy también tozuda,
no te quepa duda.
La tenaz princesa.

Mientras pienso en esto
no es en otra cosa;
cuando te contesto
soy muy cariñosa.

Que es buen ejercicio,
yo bien lo comprendo
que da beneficio,
y falta va haciendo.

Que a nuestras edades
la mente envejece
pierde facultades,
y no lo merece.

Tengo que decir
que mientras te rimo
me haces sonreír.
Disfruto y me animo.

Y me gusta hacerlo
sólo por que sé
que vas a leerlo.
Y de buena fe.

Es de agradecer
lo bien que te portas
con esta mujer
de melenas cortas.

Y aquí se termina
esta tentativa
un tanto anodina,
pero creativa.

(Y no me ha dejado
este blog perverso
apartar un poco
cada último verso.
Hubiese quedado
mucho más bonito.
Este desalmado
programa maldito…)

Donde, con cierta premura, intento ponerme a su altura

Muy bueno el soneto.
muy bueno el soneto,
muy logrado, te ha salido bien,
yo, muerto de envidia, a Darío me meto
y con estos versos imito a Rubén.

:-)

miércoles, 13 de febrero de 2008

Perdón, si falto al respeto, al perpetrar un soneto

En hexasílabos ahora me escribes,
y me sorprendes tanto con tu gesto
que, a mi pesar, aun no me he repuesto.
Disfruto al ver que para mí te exhibes.

Y como los dos somos tan proclives,
me aprovecho de ese presupuesto,
con endecasílabos te contesto,
confiando en que mis rimas bien recibes.

Sé que no es un soneto muy elegante,
y que intención no suple a condición,
pero al que no le guste, que se aguante.

El tema de la eterna discusión
lo dejaré para más adelante,
cuando me acompañe la inspiración.

Recojo tu guante y tiro p'alante

Ahora te retiras
de la discusión
con cuatro mentiras
sobre mi melón:
que si significa...
que si el otro asunto...
¡Si la verdad pica,
te rascas y punto!
Y que sepas, niña,
que comienza aquí
esa única riña
que me gusta a mí.
Es un tema eterno,
nunca se renueva
(sólo fue moderno
con Adán y Eva).
Participan todos,
siempre nos motiva,
se habla por los codos,
no se ahorra saliva.
Ya habrás intuido
(pues lista sí eres)
el tema ofrecido:
hombres y mujeres.
Y ahora te dejo
que hables, encantado,
con ese gracejo
que el buen Dios te ha dado.

Esta es la dicotomía: el melón o la sandía

¿Que usted prefiere el melón?
Nunca lo hubiese pensado;
lo creía más osado
valeroso y arriesgado.
El melón es tan tedioso,
anodino y aburrido,
tan blancucho, feo y soso,
tan monótono y sufrido
que el diccionario, tan sabio,
dice que es todo un agravio,
y que denota desprecio.
Melón: hombre torpe o necio.
Y además, no es fruto fino,
que unas veces sale recio
y otras veces, es pepino.
Y aunque suene sospechoso,
es traidor y es alevoso;
puede ser… ¡hasta asesino!
Lo asegura sin errata
una máxima romana:
que es oro en la mañana,
a mediodía es de plata
y por la noche, te mata…

Sin embargo, la sandía,
tan risueña, tan jugosa
tan colorada y hermosa,
tan gustosa si está fría…
Graciosa y entretenida,
-por eso de las pepitas,
tan negras y pequeñitas-
es amena y divertida.
De color rojo pasión,
con perfecta anatomía
¡es más sexy que el melón!
Y si decimos “San Día”
vemos su nombre sagrado,
a diario celebrado.
Es un fruto muy viajado,
que del Pakistán venía.

Estaba yo aquí buscando
por la web más argumentos
y encuentro un blog entre cientos
que este tema está tratando.
Y al leerlo observo ¡horror!
que el melón es ganador
en la lucha "fruticida";
me ha dejado enmudecida…
La riña doy por perdida,
ya puedes darme consuelo
(un besito, un caramelo,
una caricia en el pelo..)
Acabemos con la fruta,
te toca iniciar disputa.

(
http://duodenofrikiblog.blogspot.com/2006/08/meln-vs-sanda.html)

martes, 12 de febrero de 2008

La respuesta está cantada, y no la he pensado nada

Aunque se lo propusiera,
usted nunca me disgusta,
y lo de discutir era
por leer su rima augusta,
que me encanta y enamora,
me subyuga y me conquista,
porque suena encantadora
y tiene fuste de artista.
Pero ya está bien de coba,
vayamos a lo que importa,
la pregunta que me roba
la paz y mi sueño corta:
le diré, sin discusión,
que yo prefiero el melón.

lunes, 11 de febrero de 2008

Su única pretensión es tener gran discusión...

Distinguido caballero,
me encanta hablar con usted
sólo por el placer mero
de tenerle a mi merced
mientras mueve el lapicero
(ya sé que a mano no escribe
pero la rima prescribe).

No necesito buscar
contienda, lucha, jaleo,
razón para el abucheo
tema para disputar
batallar o guerrear.
No me gusta pelear
salvo que sea por jugar
(que es lo que pretende, creo).

Mas si estima necesario
enfrentarse a un adversario
para ponerse a rimar,
lucharé como un corsario
que es abordado en el mar.

El trueque no me disgusta:
yo le atizo con la fusta,
y usted me contesta airado,
en un perfecto rimado;
la cuestión parece justa,
yo le provoco el enfado
y lo retengo a mi lado
(que eso es lo que a mí me gusta).

Propongo como razón
de controversia o disputa,
pues, por ejemplo... la fruta:
de estas dos, cuál más disfruta
¿la sandía o el melón?
Defienda su posición
que Natsuko la refuta
con vehemencia y pasión
(un beso, de corazón).

domingo, 10 de febrero de 2008

La animo a que se aproveche y saque la mala leche

A este paso no avanzamos,
me dejas sin argumentos,
sin guerra aquí nos quedamos
parados como jumentos.
Asín que ya puedes tú
seguir buscando pelea,
gritar como una zulú
y provocarme diarrea
con polémica y jaleo,
y sacar alguna idea
aunque el asunto sea feo
aunque la cosa sea fea.

viernes, 8 de febrero de 2008

El docente y la decente, ella asiente y él disiente.

Permíteme que me ría
a mandíbula batiente,
con toda esta tontería.
Que los dos, ardientemente,
defendemos a porfía
una absurda teoría
sobre el instinto y la mente;
y de uno a otro varía
por discrepar, obviamente.

Pareceré estrafalaria
pero me da el subidón
con todo este mogollón
y esta disputa farsaria.
Si tienes una opinión
yo sostengo la contraria,
y si me das la razón,
por seguir la discusión
me convierto en tu adversaria
(aunque no sea necesaria,
es una aclaración).

Tú dejas de hacer el oso,
y ahora yo voy a empezar.
Tardabas mucho en sacar
el concepto religioso,
y al clero entero achacar
tu ánimo libidinoso.
Satán, tan impopular
es capaz de transformar
al célibe en lujurioso,
al puro en voluptuoso
y al más casto en licencioso.

Y lo que más me ha gustado
es lo de buscar amparo
ja ja ja ¿tendrá descaro?
hasta el fondo me ha llegado.
Ya me imagino la escena:
la mujer desamparada,
desvalida, dando pena
indefensa y empreñada
(puesto que de eso se trata)
esperando que su macho
traiga algo para el gazpacho
o tortilla de patata,
y prepararle la cena.

El hombre, ese cazador
que ha de buscar buena cueva
-de segunda mano o nueva,
que proteja cuando llueva-
para demostrar su amor.
Y ella, paciente y sumisa
le tejerá una camisa,
y parirá con dolor
otro pequeño traidor
de intención aún imprecisa.
Te aseguro, compañero,
que eres excepcional,
que me gustas todo entero,
que la risa no es casual,
y que te asoma el plumero,
y el talante neandertal...
(y un beso, de hembra fatal
que te condene certero
y te lleve en viaje astral
a casa "Pedro Botero")

Donde se dan dos versiones pa tocarle las narices

¿Me estás tomando el pelo?
A ver cómo lo explico,
que tienes mucho pico
y poco cerebelo
(no vayas a enfadarte,
son cosas de este arte)
Todo esto es un camelo,
un invento infernal,
amor, pasión... no hay tal,
es puro caramelo
que pone la mujer
a la vista del lelo
para hacerlo caer.
Invento del demonio,
artimaña del diablo,
en el que cae Antonio,
en la que pica Pablo
(los nombres no son nada:
era rima obligada)
Es muy fácil de ver,
más que el agua está claro:
el hombre va a joder,
la mujer busca amparo,
y, una vez en la cama,
piensan "este me ama,
y aunque sea un bicho
a fornicar se ha dicho".

Mas, como soy veleidoso,
ahora cambio el parecer,
dejo ya de hacer el oso
y te digo a ti, mujer,
que ya opino lo contrario,
que estoy de acuerdo contigo,
yo quedo sin adversario,
tú quedas sin enemigo,
y es que el amor mueve el mundo
y no hay nada más profundo
ni mejor
que ese noble sentimiento
que siempre expresar intento:
el amor

jueves, 7 de febrero de 2008

Parecía baladí, pero está dando de sí…

A ver si lo he entendido…
Que si yo escojo marido
es por que así me lo ordena
la feromona exigente…
Lo que una por dentro siente,
toda esa marimorena,
¿es por una hormona obscena
que elige a un macho dispuesto
con su pene siempre enhiesto
que asegure descendencia?
¿eso dices, en esencia?

¿Y mi voluntad humana
en nada de esto interviene?
(la rima me exige “pene”
y por que me da la gana
lo pongo, que me entretiene)

¿Y todo eso nos hace
la santa naturaleza?
¿Perder hasta la cabeza
por conseguir un enlace?
Eso justificaría
lo del sexo y la pasión,
la lujuria, el calentón,
la promiscuidad impía.
Pero, ¿y el resto del día?
¿también tiene por misión
lo de la copulación?

No dudo que en algo influya
lo que dices del instinto
(la biología es muy suya);
sobre todo en la elección,
el género es variopinto
y debe haber selección.
Pero la razón no encuentro
de que deba ser el centro
de toda la relación.

No se debería mezclar
el sexo con el amor.
Pretender justificar
el cariño y la ternura,
porque lo exige natura
en su afán repoblador,
me parece una postura
de animal depredador.

Y mostrando mi ignorancia,
me surgen algunas dudas...

¿Y el encendido a distancia?
(no lo niegues, no lo eludas,
existe y tiene importancia)

¿El instinto es del ser vivo
sólo por así nacer?
¿O del macho es exclusivo
tan rijoso proceder?

¿Tiene mucha relevancia
ese instinto en la mujer?
¿Estamos siempre dispuestas
limpias, contentas y prestas
a que nos veas desnudas
para que tú, ardiente, acudas
a procrear con placer?
¿Eso suele suceder?

¿Y el instinto no se gasta,
se agota, no dice basta?
¿Y cuando no hay munición,
no resultaría nefasta
la ley de conservación?

¿Y en la homosexualidad?
¿el instinto se equivoca?
¿Natura se vuelve loca?
¿Acaso es enfermedad?
¿conoces tú la verdad?

Y no sé por qué pregunto
siempre tanto y no me canso;
será por hacer el ganso;
Nunca contesta al asunto.
Sólo dice fin y punto.
(No sé cómo aún le ajunto).

A pesar de su descaro, le contesto sin reparo

Ahora mismo te respondo,
porque cuando no se espera
la respuesta es más sincera
y a mí me pone cachondo.
(No hagas caso, es pantomima:
la esclavitud de la rima).
Y es que el instinto no acaba,
al menos, en el humano,
y escapar a él es vano
porque nunca encuentra traba.
Que siempre estamos dispuestos,
aunque no haya descendencia,
a caer en la indecencia
entre iguales, o entre opuestos,
y debemos ser honestos:
para negar la evidencia,
hay que tenerlos bien puestos.

Feculum lo finiquita, Natsuko lo resucita.

Qué importa lo que yo opine
en tan vana discusión.
El expone su opinión,
con más o menos razón,
y decide que termine
al punto aquí la cuestión.

Que se aburre, se impacienta
de charlar sin ton ni son,
de decir con fruición
que el amor a su parienta
no es tal, sino inclinación
para la reproducción.

Pues insisto en la cuestión
de qué hacer con la señora
cuando le llega la hora
cuando se agota el filón,
su misión generadora.

¿También se acaba el instinto?
¿O quizá se va cambiando
por otro interés distinto
cuando el tiempo va pasando?

Si a preñar ya no hay tendencia,
y sin eso no enamora…
¿qué instinto te rige ahora
que obligue a la convivencia?
¿será el de supervivencia?
¿necesitas de su ciencia
pa’enchufar la lavadora?

(Ah, pero ahora me saldrá
con que la Iglesia ha influido,
en toda esta situación,
que obliga a cada papá
con mamá a estar unido
hace mucho tiempo ya).

Y como tú has decidido
acabar la discusión
no espero contestación.

Con arrojo y decisión, finiquito la cuestión

Hemos de llegar a un punto
en el que estemos de acuerdo,
porque yo ya estoy que muerdo
con este dichoso asunto.
Y es que no tengo paciencia,
y es que me domina el tedio,
buscaré el término medio
si no es una inconveniencia.
Digamos que el amor, pues,
es un dieciséis por ciento
de pasión y sentimiento,
y que el resto instinto es.
Y si te parece injusto
tan escaso porcentaje,
prepara tú otro potaje
que yo ya me quedé a gusto.

miércoles, 6 de febrero de 2008

Y luego es la mujer quien cambia de parecer...

A ver, a ver señorito,
con estas cosas, me irrito.
Y mira que me da rabia
entrar al trapo, lo admito,
pero qué hago con mi labia
si no la suelto un poquito.

Primero me requerías
(demandabas o exigías)
un ripio largo y jocoso
que decía tonterías
sobre el asunto amoroso
que había escrito hace días.
En sus versos me burlaba
del hechizo y del embrujo
que a todos nos provocaba
eso de pelar la pava;
y cual borrachos de orujo
así el amor nos tornaba,
se nos caía la baba,
nos sentíamos de lujo.

Y satisfecha con creces
tu insistente petición,
me contestas que enloqueces
cuando acaba la pasión.
Que todo es un artificio
que conjuró algún bribón,
con su mal arte y oficio,
y te partió el corazón;
pero roto el maleficio
se acabó la devoción,
y se transformó en suplicio
tu anterior inclinación.
Que te da una depresión
cuando aquello ya concluye;
Que te deja con bajón
ella, cuando de ti huye
y se larga sin razón.
Que se entere el personal
de que se pasa muy mal.

De todo esto se deduce,
que te has visto en situación,
y conoces la emoción;
que no todo que reluce
es oro, alhaja o jamón
y que eres un fanfarrón.

Por ello, sólo he observado
que eso no siempre es así.
Y a decir me he limitado
que en muy pocas ocasiones
te dejaría tirado
la que antes te dijo “sí”.
Reitero mis posiciones.

Y ahora escéptico te pones,
y te inventas teorías,
excusas y mil razones,
todas absurdas y frías,
para explicar el calor
que nace en los corazones
cuando sienten el amor.

Dices que es un instrumento
que mamá naturaleza
nos ha puesto en la cabeza
para el apareamiento,
así no nos da pereza
y se perpetua el invento.
Teorias de reproducción
con el fin de mantener
vigente la población.

Para ti la hembra ha de ser,
por lo tanto, muy fecunda,
que le guste la coyunda,
y de fácil convencer.
Una gran procreadora
que perpetúe la especie,
buena madre y criadora,
y que de ello se precie.

Y cuando al fin se termina
la edad reproductora
(excusa de la atracción
del sexo y de la pasión)
¿qué hacemos con la señora?
¿se destruye, se extermina?
¿que se quede en la cocina?
¿o se cambia y se combina
por otra fértil y nueva?

No te caerá esa breva…

Natsuko no está en sus trece, y esta respuesta merece

Huy, qué largo te ha salido,
cuánto escribes, cuánto sabes,
pero no quemo mis naves
ni me doy por vencido.
Debes saber, noble dama,
-piquito de colibrí,
rosa de pitiminí-
que es tonto quien así ama.
De todas las emociones,
la más falsa es el amor,
espejismo, niebla, ardor
malgastado por razones
que no he alcanzado a ver
ni tú me haces comprender
con los ripios que aquí pones.
Es calentarle la oreja
a nuestro instinto más bajo,
es tomarse otro trabajo
para encontrar la pareja.
Es un truco natural,
una manera jocunda
de nombrar la vil coyunda
que practica el animal.

martes, 5 de febrero de 2008

Fin del enamoramiento: no es para tanto, disiento.

No te había contestado
al discurso dedicado
al final del amorío
porque tiempo me ha faltado;
así que, aunque tardío,
aquí mismo te lo envío.

¿Qué pasa, que no conoces
del amor todas las mieles?
¿Pretendes que a los claveles,
versos, amor y oropeles,
le siguen pronto los roces
mal humor y recias voces?
¿Que luego vienen las coces,
el amargor y las hieles?

Una vez más, compañero,
no estoy de acuerdo contigo,
así que a ver si consigo
convencerte con salero
(al menos, con mucho esmero
voy a intentarlo; prosigo)

Algo de razón ya llevas
cuando hablas del final;
pues después que te amancebas,
te enamoras, tal y cual,
enloqueces, te sublevas,
construyes tu Taj Mahal,
y todo lo que te atrevas,
sucede lo inevitable.
Y es que se va consumiendo
la sensación agradable;
la mujer tan adorable
al fin, ya no lo va siendo,
y el señor tan estupendo,
se convierte en aceptable.

El tiempo, que todo cura
no hace sino transformar
aquella hermosa locura
(bendita, absurda o lunar)
en relación más madura,
y que se pueda llevar.
Las exaltadas pasiones
van quedando amortiguadas
por la costumbre, y cambiadas
por distintas ilusiones,
sentimientos y emociones.

Nace así la confianza,
la amistad y compañía,
como una estrecha alianza
que se logra día a día
con fortaleza y templanza
(y déjame que me ría
y que me lo tome a chanza
que este trozo me ha salido
como de sermón manido
de cura muy aburrido;
mi intención esa no ha sido)

El caso, y a lo que iba,
(que me despisto enseguida
y luego ya se me olvida
la perorata o diatriba)
es que el dichoso final
de tanto enamoramiento
no es trágico ni fatal;
y además, es más bien lento.
Es un desenvolvimiento,
un cambio o evolución,
un devenir natural
que no causa depresión;
sustituye la pasión
por algo que es más normal.

Y pocas veces ocurre
que tu amante te abandone
(será que mucho se aburre
el que a tu lado se pone)
Quizá sufriste experiencia
que te haya dejado huella;
quizás alguna doncella
huyó de ti, con prudencia,
causándote gran dolencia.

Pero no es lo acostumbrado,
y no lo generalices,
y no toques las narices,
y no seas desalmado
¡que disfrute de su amado,
y que coma sus perdices
el lector emocionado!

Y ahora más te valdría
dedicarte con porfía
a seducir a tu amada,
que se sienta subyugada,
protegida, conquistada..
usa tu galantería,
y del amor verdadero
disfruta con alegría.
Que ya estamos en febrero,
y de Cupido es el día
el catorce, todo entero.
Si no eres un chico malo
¡ya puedes comprar regalo!
(se admite una poesía,
flor, bombones, monedero,
libros, o incluso un llavero
¿captas la fina ironía?)


viernes, 1 de febrero de 2008

Aclaración necesaria, sin llevarte la contraria

Oye, "chorba", digo yo
que si “jamona” te llamo
a todo el mundo proclamo
lo que me gustas, ¿o no?
También podría decirte
“gachí”, “churri”, o “monumento”
dependiendo del momento
o cuánto quieras reírte.
En fin, que esto de los nombres,
sin quitarte la razón,
en más de una ocasión
nos pasa igual a los hombres…
“Cacho carne” o “tío bruto”,
se oye mucho desde el coche,
pero en cambio por la noche
“cariño” a cada minuto.
Y en fin, no me alargo más,
porque todas sois “marujas”
(y si suegras, también “brujas”)
pues cosas que hacer tendrás…

Una palabra de amor te convierte en triunfador.

De palabras vengo a hablar,
pero no de cualesquiera,
sino de las que una espera
de un hombre un día escuchar.


Cuatro palabritas finas
nombradas como al azar,
pueden hacernos temblar,
sentirnos casi divinas,
especiales y sin par.


Y en esto no hay distinciones
que todas vamos parejas,
chicas, jóvenes y viejas,
perdemos las convicciones
si nos calientan la oreja.


Si él te susurra “muñeca”
tu sangre se arremolina,
te hinchas, te pones hueca,
pareces una gallina
cuando se pone clueca.


Y cuando te llama “nena”,
tu cuerpo se desmelena,
te derrites anodina
cual si fueres margarina,
¡qué blandas somos! ¡qué pena!


Si estás en días de celo
y él te murmura “mi cielo”
se te va la sensatez
y las bragas caen al suelo
(perdón por la ordinariez,
permítamela una vez).

Pero la más sugerente,
la que la palma se lleva,
es “princesa”, obviamente;
si no lo crees haz la prueba
Suena como una caricia,
que seduce y embelesa.
Suerte tiene la patricia,
que a Felipe, con pericia,
le supo dar cama y mesa;
pues además de Letizia
todos la llaman princesa.

Y también nos emociona
cuando nos dicen “preciosa”,
linda, guapa, y hembra hermosa.
Todo lo que te menciona
a tu antojo lo interpretas;
aunque te llamen jamona
obtusa o incluso mona,
con mucho gusto lo aceptas,
pues de su boca proviene
y el amor, es lo que tiene,
ciego, sordo, y con caretas…


También se escucha “cariño”
aunque suena más formal,
más de pareja con niño
en régimen conyugal.


Otros, en cambio, nos llaman
mi vida, churri, o bombón;
o con suerte te proclaman
reina de su corazón.

Y alguno, más atrevido,
una palabra se inventa
y te la dice al oído,
o la escribe, enardecido,
y tú, siempre tan contenta.

Pero tengamos en cuenta
que siendo tan cariñosa,
la palabra, tan hermosa,
todas, todas, las setenta,
nos dicen la misma cosa:
en el fondo, "la parienta".

jueves, 31 de enero de 2008

Aquí tienes, aquí está, la respuesta de verdá

Muy bello, pico de oro,
muy bonito y bien rimado,
pero no esperes que el coro
lo dé ya por terminado,
porque falta aquí un asunto,
porque echo en falta otro tema,
porque no has tratado un punto
que a mí la lengua me quema.
Y me refiero al final
de tanto enamoramiento,
a cuando acabas fatal
y tó te importa un pimiento,
a cuando la depresión
te derrumba y deja hundido,
a cuando te da el bajón
y nada tiene sentido,
y el ser que era celestial
te abandona en el olvido
y se vuelve un animal
quien antes ángel ha sido.
Tarde o temprano, te pasa,
aunque mires a otro lao,
aunque me digas con guasa:
"Que me quiten lo bailao".
Pero hay que contarlo todo,
no sea que algún novato
te lea de cualquier modo
y luego me llame ingrato,
y diga: "La culpa es vuestra"
por no hablarle de lo malo...
la zanahoria tú le muestras,
yo le atizo con el palo.

A Natsuko, por supuesto, mu educado le contesto...

Fíjate, qué tonto estoy,
que creía yo tener
la respuesta para hoy,
pero no va a poder ser.
Que la tengo preparada,
pero en casa se ha quedado...
qué cabeza descuidada,
pero en fin, algo he rimado...

Qué comunes, hay que ver, son las cosas del querer

Una copla así decía:
“Si me enamoro algún día,
me desenamoraré,
para tener la alegría
de enamorarme otra vez.”


¡Qué bonito es el amor!
Sobre todo, en sus principios…
A él le dedico estos ripios
con una nota de humor.


Cuando Cupido dispara,
y te acierta con sus flechas,
te portas de forma rara
y no haces nada a derechas;
es como si te drogara.


Se pierde la perspectiva,
abajo se vuelve arriba,
y loca, como una chiva,
canturreas la “tarara”
(o la copla que él cantara).

Miras con mirada ausente,
la sonrisa permanente,
la cara de boba puesta,
que aunque se muera un pariente
o te doliese algún diente,
parece que estés de fiesta.

La cabeza echa en olvido
las cosas más cotidianas:
tengo que comprar manzanas,
enchufar la lavadora,
la revisión del oído
creo que tocaba ahora…

Y sólo puedes pensar
en su mirada, en su voz,
en su manera de andar,
en si le gusta el arroz
con sepia o con calamar;
en su canción preferida,
y en las preciosas poesías
que recitó sin ayuda
(que eran de Pablo Neruda
pero tú no lo sabías).

Recuerdas muy bien su aroma,
y el color de su camisa;
su perfil, y su sonrisa
cuando lo llevaste a misa
y te dijo ¿es una broma?

Tu cuerpo ahora, de repente,
se independiza de ti,
actuando impunemente
sin mas ni más, porque sí;
y alterando alegremente
sus funciones. Algo así:

El hambre desaparece
y no te entra la comida
pues tan sólo te apetece
que te tenga bien servida
de besos: doscientos trece.
Adelgazas sin querer
(eso nunca viene mal)
y te ves fenomenal,
mejor que cualquier mujer.
El estómago parece
que se vuelva del revés,
y sufre cien mil vaivenes
durante, al menos, un mes.
Y de apetito, no tienes
porque estás llena, llenita
de animalitos a cienes
que vienen en comandita;
sobre todo, mariposas,
que se instalan, caprichosas,
en la tripa o por ahí,
y que vuelan revoltosas
¿te suenan de algo estas cosas?
¿a que pasan? ¿a que sí?

Y el resto del mundo inspira,
ciertamente, compasión.
Pobrecillos, sin pasión,
sin este ardor sin mentira,
el auténtico, el mejor.
Te sientes tan superior
instalada en tu atalaya,
disfrutando de tu amor
-único donde los haya-
que nadie más en el mundo
ha sentido, ni un segundo,
sentimiento tan profundo,
tan intenso, ni mayor;
es único, insuperable
y con nada comparable
¡loado sea el candor!

Me pide mi compañero que ponga el ripio primero

¿Será que ya ha preparado
contestación en rimado?

Como soy muy buena chica
y no me hago de rogar
ahora lo voy a pegar
(si no, luego me critica).

Anuncio segunda parte,
aunque tendrás que esperar
a que se conjuguen mi arte
y las musas de rimar.

martes, 29 de enero de 2008

Es impensable una riña, mientras me mire esa niña

Esa foto me embelesa,
Tú bien lo sabes Natsuko,
mi voluntad tiene presa
y la usas como truco
para aumentar las visitas
de gente que, como yo,
la mirada no le quita
mientras está en este blog.
Pero bienvenida sea,
que por siempre aquí se quede:
más vale guapa que fea
y así escribir bien se puede.

lunes, 28 de enero de 2008

El pretende ser mi amo, ¡pues no señor! (eso exclamo)

¡Habrase visto persona
menos dulce y cariñosa,
más tirana y más mandona!
Con lo buena y lo modosa
que soy yo (y lo preciosa,
como atestigua el retrato
que aquí al lado se visiona
aunque nuestro literato,
no diga nada, el ingrato).


Pues yo estaba convencida
de que quería-quería
y resulta que exigía
una esclava sometida.
Yo te mando, yo te ordeno
¡Será posible, hoy en día!
¿vivirá en el pleistoceno?
(y poco me extrañaría
pues a mi oído ha llegado
una historia infortunada
de un neandertal congelado
que resucitó en Granada).

Feculum, si me lo pides
con cariño y con dulzura,
Natsukito, aunque sea dura,
lo copiará, no lo olvides
(un besito, con termura).

Mi pobre requerimiento, no le ha importado un pimiento

Tú, que en cada frase das
diez vueltas al diccionario,
seguro es que no tendrás
problemas, y entenderás
muy bien mi vocabulario:
Te requiero viene a ser
como "te ordeno" o "te mando",
que no es cosa del querer,
tú bien lo debes saber
pero vas disimulando...
Y el caso es que no lo pones...
lo del ripio aquel primero,
y me tocas los "cordones"
con las tus adaptaciones
y yo insisto: ¡te requiero!

domingo, 27 de enero de 2008

Algo de tiempo le pido, pa' corregir lo "escribido".

Que me re-quiere, me escribe
¿eso es que me quiere doble?
qué amoroso es, y qué noble,
seguro que ansioso vive
y espera que quien suscribe
no le dedique un mandoble,
ni de su rima le prive.

Y no lo haré, no señor;
aunque tendrá que esperar,
pues querría repasar
por si hubiese algún error
o algo que mejorar,
en lo que exige, impaciente
(sabes que soy exigente
conmigo, mi peor censor).

Donde pido que repita una oda muy bonita

Natsuko, yo te requiero
a que repitas tu ripio,
el que escribiste primero,
el que escribiste al principio
en aquel blog malogrado
por mi mala cabezota,
hazlo pronto, ya has tardado,
no me toques las pelotas.

viernes, 25 de enero de 2008

El primer enfrentamiento, por decorar el invento.

¿Pues no me exige aquí el socio
que ponga mono el negocio
este que a medias llevamos?
Si así empiezas, mal andamos...
Tú no tendrás que hacer nada
pero yo ando muy líada
y no tengo tiempo de ocio
porque estoy muy ocupada.
Plantillas, presentaciones,
colores, diseños, fuentes
¡hay doscientos diferentes!
¡y soy doña indecisiones!
De modo que iré probando,
si no te importa, compadre,
y el blog estaré cambiando
hasta que por fin me cuadre.
(Si no pones objeciones...)

Como ven, nadie la veta, sólo una bronca discreta

¿No querías el permiso
pa ser administraora?
Pos ya lo tienes ¿y ahora... ?
¿Qué hace este blog tan liso,
triste, soso y aburrío?
Tú tienes lo que has pedío,
¡Ponlo bonico, por Dios,
dale color y alegría,
y que brille cada día
cuando escribamos los dos!

jueves, 24 de enero de 2008

Como había sospechado, Feculum me había vetado.

Ya está, ya lo he encontrado,
que soy un simple "invitado",
y para poder cambiar
el aspecto y el color
del cuaderno de rimar,
su creador ha de dejar
que sea "administrador."

Estoy un poco confusa... ¿Me vetan, o seré obtusa?

¿Dónde narices se esconde
la opción de presentación?
Ayer la ví ¿pero dónde?
No está en configuración...
Quiero cambiar el aspecto
del blog, y darle color,
pero no encuentro el trayecto
que me lleve todo recto
a dejarlo hecho un primor.
¿Me habrán vetado, en efecto?

¿A la tercera irá la vencida? No estoy yo muy convencida...

Retomemos la cuestión,
y volvamos a empezar
un nuevo blog de rimar
en armonía y unión.
Y para que no se pierda
ni se eche en el olvido,
aunque suene repetido,
y aunque me taches de lerda,
lo viejo ahora mismo copio.
Tú debes hacer lo propio
con lo que habías suprimido,
si todavía lo guardas…
¡venga, corre, que ya tardas!