sábado, 16 de febrero de 2008

Primer combate: defiendo que el desliz no fue tremendo.

La estrofa tan mal contada
-es verdad que no lo ví-
fue un error.
Podría estar excusada
por el tiempo que invertí,
profesor.

Tanto mover y cambiar
por que cuadrase la cosa,
me olvidé;
no me acordé de quitar
la sílaba esa dichosa,
¡oh, mon dié!

Cualquiera se dará cuenta
de la poca gravedad
de mi falta.
Pero usted aún la acrecienta
dándole publicidad,
en voz alta.

En vez de alabar mi gesto
estimulando mi empeño,
e interés,
a criticar corre presto
y se mofa muy risueño
de mis pies.

Vaya un maestro de escuela
que al advertir un error
me critica.
Ni yo soy boba ni lela,
ni usted es tan superior.
Sí, me pica.

No hay comentarios: