martes, 14 de octubre de 2008

Menos mal que este señor ha señalado mi error.

Yo, que soy persona humana,
con faltas y algún defecto,
acentué, muy ufana,
donde no era lo correcto.
¡Execrable error abyecto!
Mas mi ignorancia subsana
Don Feculum, el perfecto,
que al burlarse de mi yerro
me enseña el camino recto
con claridad meridiana
¡Gracias, querido gamberro!

Camino de perfección
sé que es el suyo, maestro,
ruego me dé su perdón
y humildemente le muestro
pesar por mi confusión;
y os pido, a pesar vuestro,
que me déis la absolución.
Deje el rosario de lado
y por favor, me comprenda,
que dolor de mi pecado
he sufrido y soportado,
y el propósito de enmienda
lo tengo ya asegurado.

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