Ahora mismo te respondo,
porque cuando no se espera
la respuesta es más sincera
y a mí me pone cachondo.
(No hagas caso, es pantomima:
la esclavitud de la rima).
Y es que el instinto no acaba,
al menos, en el humano,
y escapar a él es vano
porque nunca encuentra traba.
Que siempre estamos dispuestos,
aunque no haya descendencia,
a caer en la indecencia
entre iguales, o entre opuestos,
y debemos ser honestos:
para negar la evidencia,
hay que tenerlos bien puestos.
jueves, 7 de febrero de 2008
A pesar de su descaro, le contesto sin reparo
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