No esperes de mí el encono,
acritud ni irritación:
vale, vale, te perdono,
es mi hidalga condición,
doy por olvidado el tono
y hasta la mala intención.
Perdona si me apasiono,
yo también pido perdón,
ya sabes que así sazono
siempre mi conversación,
que el perdón siempre es abono
que mueve a la compasión.
Y dos besos adiciono...
pa acabar la discusión.
jueves, 16 de octubre de 2008
Donde, magnánimo, muestro que en perdonar yo soy diestro
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario